domingo, 28 de junio de 2009


Victoria de Telesur: Ya no más comiquitas en América Latina

Hace unas horas veíamos por Telesur declaraciones de César Romero, presidente del canal 8 de Honduras. Decía muy preocupado que desde horas de la madrugada, cuando irrumpieron en el palacio de gobierno en Tegucigalpa, las fuerzas golpistas tomaron el control del canal y sacaron la señal del aire.

Adentrándose el día, algunas zonas de Honduras no sólo se encontraban sin luz y sin acceso telefónico, sino también sin ninguna señal de radio y televisión. Solamente la emisora Radio Globo estuvo transmitiendo de manera clandestina por internet lo que estaba pasando en el país, hasta que fue sacada del aire al final de la tarde. Esto dio espacios a los conocidos chat-rooms como fundadores de matrices de opinión en la población. Así, en la tarde mostraban mensajes como: “ya Chávez está preparando escuadrones para venir a Honduras”

Por cierto, esta matriz tiene ahora su confirmación, pues hace unos minutos escucho por Sula Visión – única señal al aire – al presidente de facto Roberto Micheletti con unos gorilas del parlamento a su lado, diciendo que efectivamente tiene información de que Chávez está preparando unas cuadrillas para invadir Honduras. De igual modo, afirmaba con su más vulgar cara dura, que Honduras es un país sin petróleo, un país pobre, y que se acabaron los gobiernos que le cerraban las puertas a los Estados Unidos. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

¿Y los Estados Unidos?

Hasta ahora, no ha habido una declaración del presidente Barack Obama, sabiendo que la OEA, la ALBA, la UE y la comunidad internacional en general, han repudiado categóricamente el golpe de Estado ocurrido en Honduras.

Este silencio cómplice no nos sorprende, no podemos olvidar la importancia que representa para los EEUU la consumación del Plan Puebla-Panamá como corredor comercial – político, militar, subversivo, contrabandístico – desde el Norte hacia el Sur. Este proyecto no deja de ser imperativo para los Estados Unidos desde hace décadas, de ahí la relevancia de figuras como el ex embajador en Honduras John Negroponte, uno de los Halcones que ha llevado a cabo misiones subversivas y anticomunistas en la región.

En este sentido, la pérdida de el Salvador como aliado por la llegada de Mauricio Funes después de años de hegemonía del partido de derecha ARENA; así como también el gobierno sandinista de Daniel Ortega, obliga a los Estados Unidos a provocar desestabilización en Centro América. Divide y vencerás.

Esta situación no es atípica a la historia de los gobiernos en Centroamérica. Basta con recordar como las Oligarquías guatemaltecas y la CIA derrocaron el gobierno legítimo de Jacobo Arbenz en 1954.

De igual modo, lo hicieron con Noriega en panamá en 1989, presidente que estuvo por años al servicio de la Casa Blanca, y que sencillamente cuando ya no le fue útil a los intereses norteamericanos, justificaron con apoyo de los medios de comunicación internacionales como CNN la intervención en tierras panameñas.

En este sentido, mientras el presidente Noriega declaraba en español a los medios de comunicación, la cadena CNN trasmitía con subtítulos en inglés un mensaje equivocado de lo que estaba diciendo el mandatario panameño, así, se mostraban mensajes como: “nosotros tenemos un ejército y vamos a invadirlos” De este modo, lograron sembrar el miedo en la población norteamericana que no sólo legitimaba, sino que clamaba la intervención de los marines en tierras caribeñas.

Reflexión

Ahora pensamos en lo importante que ha sido la labor de Telesur como herramienta comunicacional, política y estratégica para la integración latinoamericana. De este modo, este canal transmitió cada segundo lo que estaba pasando en Honduras: declaraciones del presidente Zelaya y de funcionarios del gobierno perseguidos y desaparecidos – como la canciller Patricia Rodas, que hasta ahora no se sabe de su paradero – el pueblo hondureño siendo reprimido por grupos militares, el repudio de la comunidad internacional y la movilización de los líderes latinoamericanos para rechazar el golpe de Estado en Honduras.

En este sentido, Telesur no sólo estuvo transmitiendo para Latinoamérica y el mundo los trabajos periodísticos del grupo de reporteros del canal, sino que fue una ventana comunicacional para el presidente Zelaya en el exilio, así como también para su pueblo silenciado y reprimido en las calles. Por su parte, CNN y sus concesionarios en Latinoamérica: RCN, Radio Caracol, Globovisión, RCTV, trataban de callar – con la lógica comiquitas – o manipular la información, como se evidenció en declaraciones del EX embajador Julio César Pineda, “analista internacional”, quien afirmaba en Globovisión, que lo que estaba ocurriendo en Honduras no era un golpe de Estado y que estaba apegado a las normas constitucionales de ese país. Tamaña ironía.

Nos preguntamos ahora ¿qué hubiese pasado si no existiera Telesur como herramienta comunicacional para la integración de nuestros pueblos? Seguramente seguiríamos silenciados y manipulados por los intereses de las oligarquías y de los grandes capitales privados que ostentan los medios de comunicación. Seguramente hubiésemos disfrutado de las agradables películas y series de televisión que conformaron la programación de los canales nacionales en el día de hoy. Seguramente nos acostaríamos tranquilos con la sensación que nos deja esa frase que ya conocemos muy bien: todo ha vuelto a la normalidad.

Hoy más que nunca nos enfrentamos a los grandes poderes de la comunicación y la mass mediación como herramienta constructora de anti-valores y peor aún, de realidades. Estamos frente, a lo que autores como Paul Virilio, ha llegado a llamar, las armas de comunicación masivas. Así pues, la victoria de Telesur en el día de hoy, nos hace gritar con más fuerza que nunca: ¡ya no más comiquitas en América Latina!

Honduras: Golpe a la Integración Latinoamericana



Hoy domingo 28 de junio de 2009, se perpetro un vulgar y descarnado golpe de Estado en Honduras. Su presidente, Manuel Zelaya, ha sido secuestrado y enviado a Costa Rica. En este momento, los movimientos sociales hondureños están en la calle exigiendo la vuelta de la democracia.

Las fuerzas de la reacción han actuado concertadamente. El presidente del parlamento, Roberto Micheletti se ha juramentado (¿autojuramentado?) presidente provisional. Los canales de televisión privados están pasando comiquitas. Se ha invisibilizado al pueblo una vez mas, la injerencia en el proceso democrático esta en plena marcha.

Para los venezolanos este hecho no es nuevo. Ya vivimos una situación similar, sino igual. Ya queremos nosotros que pase lo mismo, un pueblo rescatando su democracia.

Para nosotros este hecho guarda total correlación con el derecho soberano de Honduras de unirse al movimiento integrador latinoamericano capitaneado por el ALBA. Es un golpe no solo a la democracia hondureña, sino también a la unidad centroamericana, latinoamericana y caribeña. Este acontecimiento es una conspiración de las fuerzas, internas y externas, contrarias a la integración nuestra americana. No hay otra explicación posible.

Como latinoamericanos que somos, nos unimos al unánime rechazo que ya se ha producido. Ya el ALBA tiene una primera prueba de fuego, un bautismo. Se ha llamado a una reunión extraordinaria, y ya prevemos una declaración conjunta de esta alianza para restituir a la democracia. UNASUR debe hacer lo mismo. Le OEA se reúne en Washington de emergencia. Las fuerzas del continente, las fuerzas del cambio, del progreso se están moviendo.

Ya lo advertíamos por esta vía. La integración latinoamericana va de la mano con la estabilidad democrática de sus gobiernos, los gobiernos que con la voluntad firme se han aliado, valientemente, a la unión política de nuestros pueblos. Honduras es victima de esa voluntad, fiel al honor de Lempira, de nuestros precursores libertarios. Es Arbenz de Guatemala el que nos llama, es el Sandino de Nicaragua, es Farabundo Martí de El Salvador, los que con su ejemplo histórico nos demandan, obligan a la integración. Es un imperativo de nuestros pueblos, que nos exigen nuestra irrevocable e impostergable independencia. Quedaran para la historia los traidores a su legado.

Es Honduras hoy, ¿Quién lo será Mañana? ¿Cuál de nosotros caerá? No se puede desperdiciar este período histórico. No se puede perder al Sur. Las fuerzas de la injerencia y la reacción ya actuaron con inusitada violencia y crudeza. Es nuestro deber, como países hermanos, como miembros del ALBA, actuar en socorro a no solo de la democracia, sino de la unión de Nuestra América. Que no se pierda más tiempo.

Última Hora: han secuestrado a la digna cancillera de Honduras, Patricia Rodas, junto a los embajadores de Venezuela, Nicaragua, Cuba y Bolivia. La derecha no deja de actuar fiel a su tradición violenta y autoritaria.

domingo, 21 de junio de 2009


LAS MÁSCARAS ESTATISTAS DEL SISTEMA CAPITALISTA

La conformación y vigencia del sistema capitalista mundial desde la primera revolución industrial hasta nuestros días, sólo ha sido posible gracias a la intervención del Estado como regulador y promotor de la economía local. En este sentido, pareciera que los dogmas neoliberales que pugnan por la desregulación y la mínima intervención del Estado en la economía no dejan de ser una paradoja que encuentra asidero en la historia económica.

Así pues, la mecanización de la industria textil en la primera revolución industrial (1750-1840), afianzó a Inglaterra como el gran “taller del mundo”, convirtiéndose así en el principal promotor de las ideas librecambistas expuestas por Smith y Ricardo. En ese sentido, comenzó una búsqueda por ampliar sus mercados y consolidar su comercio en el exterior.

Por otra parte, el resto de los países del mundo se encontraban atrasados industrialmente en relación a Gran Bretaña, por lo tanto estaban condenados a ser proveedores de mercancías con menor valor agregado. A la luz de los hechos, los capitales industriales de Alemania, Francia y EEUU no aceptaron el libre cambio y exigieron el apoyo de sus Estados para impulsar el desarrollo de la industria local. Así, en las tres o cuatro décadas antes de la Primera Guerra Mundial, la industrialización estaba dirigida principalmente a los mercados internos y en segundo lugar al mercado mundial. Mientras mayor y más expansivo era el desarrollo capitalista, aún más fuertes eran las políticas proteccionistas de estos Estados.

La crisis de 1929 en EEUU hizo más visible la intervención pública, promoviendo medidas de regulación en la economía en aras de preservar el “Estado de Bienestar”. De este modo, aparecieron los planteamientos de Keynes bajo la justificación de los fallos del mercado. Así, el Estado debía establecer políticas de orden fiscal y monetario para causar efectos sobre la inversión de los niveles de demanda efectiva del sistema.

Al término de la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos pasaron a obtener la hegemonía del sistema capitalista internacional – debido al debilitamiento de las economías de Europa producto de la guerra, así como también la alta productividad de la industria armamentista norteamericana durante la misma – y por tanto se convirtió en el principal promotor del libre cambio. De este modo, en 1944 en la conferencia de Bretton Woods, el dólar se instituyó como la moneda referencial del sistema internacional de pagos.

A su vez, el desarrollo de Alemania y Japón fue comandado por el Estado que promovió la formación de carteles y conglomerados que tuviesen capacidad de hacerse competitivos en el mercado internacional.

De igual manera, el aumento de la deuda pública mundial en la década de los 70´s, 80´s y 90´s, fue producto de políticas estadales de grupos conservadores neoliberales norteamericanos. En ese sentido, una política de elevación de las tasas de interés de los EEUU en 1979, elevó las tasas de interés mundial, aumentando la deuda pública de 36% en 1973 a 67,3% en 1994.

Por otro lado, los altos niveles de gasto público en los países capitalistas han representado una constante a través de los años, en ese sentido, Theotonio Dos Santos aporta la siguiente cifra: “En los Estados Unidos de Ronald Reagan, el gasto público subió de 31,8% del PIB en 1980 al 33,5% en 1994. En el Reino Unido de Madame Thatcher y sus herederos conservadores, la participación del gasto público en el PIB cayó de 43% en 1980 a 39,9% en 1990, y vuelve a 42,9% en 1994”

Uno de los rasgos más claros de esta paradoja a la que hicimos referencia en los primeros párrafos, la vemos en las medidas proteccionistas de los Estados Unidos, tanto en la industria de la agricultura como del acero. Estas políticas tienen truncadas las negociaciones en el seno de la OMC, debido a que paradójicamente los Estados Unidos promueven el libre cambio en la agricultura, mientras que su industria goza de un 70% de subsidios, representando una inversión de 180.000 millones de dólares en diez años – medida aprobada en el gobierno de George W Bush –

La Máscara neoliberal en Venezuela

El Estado venezolano no permaneció alejado de ese rol promotor enmascarado del sistema neoliberal, por el contrario, contamos con una larga historia de acontecimientos que refuerzan nuestra tesis. Para ello, hemos de utilizar dos ejemplos:

La nacionalización de la industria petrolera en el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez (1974), la cual ha sido uno de los mayores fraudes en la historia venezolana. De este modo, el proyecto de nacionalización, después de haber sido discutido y respaldado por un grupo numeroso de personas – desde políticos hasta profesores – sufrió una modificación por parte del presidente Pérez, en la cual incluyó el artículo N°5 dando legitimidad jurídica al Estado para realizar convenios con empresas petroleras transnacionales.

De esta manera, cada concesionaria extranjera fue convertida en filial de la industria nacional, así pues, la Creole Petroleum Corporation pasó a llamarse Lagoven, la Mobile ahora se llamaba Llanoven, y así con el resto de las filiales. Estas empresas transnacionales siguieron operando en el país bajo condiciones idénticas al período anterior a la nacionalización, siendo el argumento del Estado, que ellos desconocían cómo eran los procesos de comercialización de la industria petrolera.

De igual forma, según cifras de PDVSA, el ejecutivo indemnizó a las concesionarias extranjeras por más de cuatro mil trescientos millones de bolívares (4.300.000 Bs), cifras que superaban los beneficios que podrían haber llegado a obtener estas empresas hasta el año 1983 – año en que se vencía la concesión para operar en el país –

Del mismo modo, la llamada internacionalización de PDVSA, además de significar un duro gasto en la adquisición de filiales en el extranjero, sirvió para la evasión fiscal.

El segundo ejemplo al cual queremos hacer referencia, está relacionado a las medidas del “paquete neoliberal” que desencadenaron el caracazo en el año 1989. Estas medidas tomadas por el ejecutivo nacional en el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, manifestaban lo siguiente: solicitud de un nuevo crédito ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) aumentando la deuda externa del país, privatización de empresas públicas, eliminación de las subvenciones, fomento de la descentralización, aumento del combustible y de las tarifas de transporte, entre otras.

Así pues, vemos en ambos casos como el Estado paternalista venezolano terminó siendo el principal promotor del sistema neoliberal en el país.

Finalmente, nos parece curioso que las grandes potencias económicas presenten el libre mercado como la mejor opción para los países en vías de desarrollo, cuando la historia nos dice que fue precisamente ese sistema al que le huyeron, para, por intermedio del Estado, desarrollar su industria local.

Por otra parte, no debemos pensar que por el simple hecho de fortalecer al Estado, estamos alejándonos de las premisas y las lógicas capitalistas. Por el contrario, debemos estar más atentos, para que el Estado no se convierta en el principal generador de eso que algunos autores como Hilferding han llegado a llamar "Capitalismo Organizado"

Para culminar, quisiéramos citar a Immanuel Wallerstein, quien recoge con esta afirmación los planteamientos que hemos esbozado en este trabajo:

"Los Estados son un elemento crucial en la capacidad de los capitalistas para acumular capital (…) Los Estados actúan para domesticar a las masas criminales, ya sea por medio de la represión o del apaciguamiento. Los Estados son la fuente principal de las ideologías que persuaden a la masa de la población de que sea relativamente paciente"

domingo, 14 de junio de 2009

Sombras y Luces



El presidente Chávez preguntaba, ¿Qué es un intelectual? Realmente la pregunta no tiene respuesta, porque intelectual no es una profesión, ni un estado del ser, ni un titulo universitario. En realidad, no conozco a ningún revolucionario que, siendo catalogado como un intelectual, quiera ser reconocido como tal. No puedo dejar de pensar que “intelectual” es un término diseñado para separar a unos de otros, elitesco, segregativo, divinizado.

El peso de ser catalogado de “intelectual” en la revolución no es algo a la ligera. Parte del ser y el deber ser de cada revolucionario es pensar, usar su intelecto. Acomodaticiamente, cualquier persona puede desprenderse del deber de pensar, y otros, de la misma manera, pueden pensar de más. El grupo de revolucionarios que se reunieron en el Centro Internacional Miranda en fechas recientes no quieren el mote. Muchos explícitamente, en cada una de sus intervenciones, se deslindó abiertamente del término, lo denunció y sintió cierta repulsión al verse como “intelectual”. Creo que la respuesta a los “intelectuales” de derecha de CEDICE, era contraponer a otros “intelectuales” bolivarianos para dar la batalla. No era necesario.

Nadie obligó a nadie a estar en esas calurosas reuniones en el último piso del Anauco Suites. Nadie, de igual manera, estaba excluido de estar allí. Fue un evento abierto, con presencia de muchos medios del estado y alguno que otro privado. Ellos también llevaron lo suyo, y con mucho dolor, observe que no se aparecieron al día siguiente.

Pero ¿Qué se dijo? Nada que fuera un secreto ni mucho menos. Creo que la palabra que mas se repitió, que mas impacto llevo en los medios, que más se esta utilizando en contra de los que ahí hablaron fue el de “hiperliderazgo”. Como si decir “hiperliderazgo” fuera desafiar al liderazgo del Presidente (que ilusión).

Creo que es cierto lo que se dijo: si no se hace los ajustes necesarios para que dentro del movimiento bolivariano surjan los líderes de mañana, el dinamismo que debe tener la revolución, la gestión eficiente del proceso revolucionario, y la ejecución de nuestra ideología, la revolución estará pérdida.

Nadie duda del liderazgo del Presidente. Es más, los presentes una y otra vez lo confirmaban. El presidente es el catalizador de un proceso que es de profundas raíces populares, y sin el, todo se vendría abajo. No se habló en ningún momento de “chavismo sin Chávez” ni en ningún momento se entendió que el presidente tenga de desligarse del liderazgo de la revolución. Pero si es cierto que entre el presidente y el pueblo hay una vinculación directa, única, las bases tienen al presidente a un contacto directo como ningún proceso histórico en Venezuela, y entre ellos, nada. El partido ha intentado crear ese espacio, pero dentro del mismo, se ha venido observando un proceso de calcificación de la participación popular. ¿Acaso esto no lo sabemos todos? ¿Acaso decirlo es decir una mentira? No se puede atacar a alguien que diga esto.

¿Es falso que la partidización de los consejos comunales sea un elemento nocivo? Caramba eso le hace daño a la revolución. Para defender la revolución hace falta que los batallones hagan su trabajo. Los consejos comunales, como elementos fundacionales del Poder Popular, necesitan actuar independientemente del Partido, sin decir esto que la ideología y la conciencia política esten alienadas en sus miembros. ¿Es falso que esa partidización la llevemos a cabo nosotros mismos?

¿Y entonces? ¿Nos quedamos callados? Ahí no había, y conozco a varios que ahí estaban, ningún contrarrevolucionario. Tienen sus defectos, egos, luchas, diatribas personales, pero todos convergen en la revolución y todos darán su vida por ella si es necesario.

Todos estos problemas los tenemos, y como decía Rubén Blades, “dando la espalda no se van los problemas, ni la impaciencia resuelve los sufrimientos”. Somos una familia, y acá estamos para decirnos lo bueno y decirnos lo malo. Acá nos vamos juntos o nos quedamos juntos. Hay ineficiencia, hay luchas de poder dentro de los ministerios, hay coartamiento de la participación en algunos lugares, hay falta de conciencia, hay “boliburgueses”, hay derecha endógena, hay quintas columnas. Pero también hay conciencia y revolucionarios, hay compromiso y participación popular, hay honestidad y eficiencia.

Nuestra bella revolución es de luces y es de sombras. Tenemos que atacar las sombras con dureza. Son diez años, y para que sean 50 más, debemos dar luces. Cualquiera de nosotros tenemos esa responsabilidad, no solo los académicos o los políticos. Todos somos factores de conciencia. Todos y Todas.

sábado, 13 de junio de 2009

Integración Latinoamericana: prohibido perder el Sur

“Después de quince años de sacrificios consagrados a la libertad de América, por obtener el sistema de garantías que, en paz y guerra, sea el escudo de nuestro nuevo destino, es tiempo ya de que los intereses y las relaciones que unen entre sí a las repúblicas americanas, antes colonias españolas, tengan una base fundamental que eternice, si es posible, la duración de estos gobiernos.”
Simón Bolívar
Invitación a los Gobiernos de Colombia, México, Río de la Plata. Chile y Guatemala, a formar el Congreso de Panamá, Lima. 7 de diciembre de 1824.

Desde los tiempos de la Independencia, el espacio sudamericano ha estado dominado por una lógica de fragmentación alimentada por conflictos bélicos producto de aspiraciones territoriales, lucha por el control de los recursos naturales e injerencia extranjera. Nos olvidamos de los ideales Grannacionales cuando privó el caudillismo y nos concentramos en construir Estados separados unos de los otros.

En este contexto, a medida que fuimos entendiendo que la solución era conjunta, nos empecinamos en construir acuerdos con una fuerte base económica, pero no política. La Integración Real, tal y como ha sido concebida, ha tenido como principal protagonista a los sectores empresariales en una visión multinacional y a las empresas transnacionales de capital extranjero. Esta situación se debe a que los gobiernos firmaban acuerdos de integración como meros beneficios económicos para el comercio, pero con escasa voluntad política.

Este cambio de época como lo llamó el presidente Rafael Correas, hace necesario el mantenimiento de los ideales de progreso, de emancipación y de unidad latinoamericana como consenso político.

En este sentido, las tensiones en torno a la gobernabilidad y la estabilidad política en la región representan uno de los grandes obstáculos para los procesos de integración, especialmente en el surgimiento de los nuevos liderazgos políticos como en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Paraguay, Argentina, entre otros.

Temas como la ineficiencia gubernamental, la corrupción, la delincuencia, la producción y el comercio, el oposicionismo por parte de grupos adversos a los procesos de cambio que vive el mundo y las profundas desigualdades sociales, por mencionar sólo algunos factores, son luchas determinantes que los gobiernos deben vencer para que persista la voluntad política de objetivos mancomunados, en aras de superar la amenaza de la fragmentación y trabajar por alcanzar un desarrollo sustentable. La desigualdad de la región debe ser el principal incentivo para la integración.

En este sentido, el tiempo – como período presidencial – es un factor importante que tienen los gobiernos para concretizar los procesos de integración. Del éxito de sus políticas a lo interno depende el respaldo popular que avive las transformaciones que deseamos propiciar. De lo contrario, es muy posible que las fuerzas que han dominado el status quo a través de los años regresen al poder político.

Para ello, también enfrentamos importantes retos en cuanto a la institucionalización del espacio sudamericano. En primer lugar, las organizaciones de nuevo cuño deben fomentarse bajo sólidas bases institucionales que doten de legitimidad y credibilidad a las decisiones tomadas en su seno, así como el respeto de los principios emanados en su creación.

A su vez, las viejas instituciones deberían revisar sus fundamentos y hacer una evaluación crítica de los resultados alcanzados hasta ahora. De este modo, tomar decisiones sobre el rumbo hacia donde queremos dirigirnos, sin olvidar que bajo esta nueva arquitectura que deseamos construir, la sociedad civil debe tener un papel fundamental.

La integración no puede realizarse a partir de la coyuntura geográfica, histórica y económica. Se requieren definiciones políticas consistentes, legítimas y formuladas como visiones estratégicas de desarrollo estructural.

La integración debería significar un compromiso ideológico-político, no solamente una voluntad de aprovechar las oportunidades económicas. Esto se cuestiona al reflexionar sobre por qué PETROCARIBE ha logrado la adhesión de 19 países centroamericanos y caribeños mientras que sólo 8 forman parte del ALBA. PETROCARIBE debe verse como un instrumento de cooperación del ALBA que vaya más allá de las cuestiones estrictamente energéticas.

En otro orden de ideas, debemos considerar con suma importancia el aspecto relacionado a la integración militar. En estos momentos en los que el plan patriota – antiguo Plan Colombia – y la reactivación de la IV Flota evidencian una presencia militar de EEUU en la región. Para ello, la propuesta de Brasil, de conformar un Consejo Suramericano de Defensa en el marco de la UNASUR debe ser tomada en cuenta con particular atención.

Estas son algunas de las consideraciones, perspectivas y debilidades que encontramos en el presente y futuro de los procesos de integración latinoamericanos. El camino es arduo y requiere de mucha voluntad política, solidaridad y sobre todo reflexión. Prohibido perder el Sur.

domingo, 7 de junio de 2009

La Matanza del Sol

I
Ayer se produjo en Perú uno de los hechos que pre-configuran y dan fe de la verdadera intención de la derecha. En la amazonía peruana, mientras protestaban los indígenas por reivindicaciones que en Venezuela son materia constitucional, los soldados peruanos, en una inmoralidad que avergonzaría la memoria histórica de nuestro libertador en un país bolivariano, acribillaron y abrieron fuego a los manifestantes, murieron 50 manifestantes y 36 policías. Más de 75 manifestantes están desaparecidos, y 400 se han refugiado en los montes y selvas Amazónicas.

II
El encontronazo entre la derecha y los movimientos sociales en Latinoamérica no es nada nuevo. Ya en Colombia se registró una situación idéntica, aunque con un saldo menor, no deja de sorprender a quienes andamos por la senda de la justicia histórica.

III
Claro no falto la cobarde e irresponsable acusación de que Evo Morales instigó la “revuelta indígena” y que financió a los grupos indígenas. El racismo considera a todos los indígenas iguales, y que fácil es culpar a Evo, solo por ser indígena como los masacrados.

IV
¿Qué insta la protesta? Una ley de recursos naturales. 50 muertos por protestar una ley. "Hay una conspiración en marcha que quiere evitar que utilicemos nuestras riquezas naturales para beneficio, crecimiento y calidad de vida de nuestro pueblo" dijo García, presidente del Perú. Claro que la alusión es a Venezuela, pero que paradójico: Venezuela que inaugura refinerías en toda América y el Caribe, no quiere que Perú haga lo mismo. Y la vía que escoge es alzar a los indígenas. Que indigno. "¿A quién le conviene, hay que preguntarse, el que Perú no utilice su gas, a quién le conviene que el Perú no encuentre más petróleo, a quién le conviene que el Perú no pueda explotar más y mejor sus minerales?"… "Sabemos a quiénes les conviene". Alan que cínico.

VI
“Pero diversas fuentes no oficiales y dirigentes indígenas insistían en que había más de 30 nativos muertos y sugirieron que varios de ellos habrían sido arrojados a ríos de la zona” (REUTERS). Parece que la política del desaparecido, en pleno siglo XXI, esta más viva que nunca.
Ahora la pregunta del millón de lochas es: ¿se imaginan un gobierno de derecha en Venezuela? Veámonos en ese espejo. Pa’ luego es tarde, no nos comamos el cuento. Acá vienen a privatizar, y ¿el pueblo? Disparado desde helicópteros, masacrados en la selva, y arrojados sus cuerpos al río. A la derecha ni tantito así, ni tantito así.

sábado, 6 de junio de 2009

La OEA y la “Asistencia Recíproca” hacia Cuba






En días recientes se llevó a cabo la XXXIX Asamblea General de la OEA en San Pedro Sula (Honduras), en la cual se aprobó por unanimidad y sobre todo por las incesantes presiones de países como Honduras, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Venezuela la derogación de la resolución (n° 62) tomada en el seno de la OEA en 1962, la cual establecía la expulsión de Cuba de este organismo multilateral. El acontecimiento merece un trato mucho más crítico que las notas de prensa y el romanticismo propio de la noticia.

En este sentido, Cuba podría ingresar a la OEA nuevamente si así lo solicita. Sin embargo, las declaraciones emitidas por voceros del gobierno cubano, así como de su máximo líder Fidel Castro reflejan una cierta satisfacción por la voluntad de los países y por la justicia inherente de la decisión, no obstante han mostrado una negativa con respecto a solicitar su entrada al bloque. Esta decisión no puede ser considerada bajo ningún motivo como una actitud aislacionista de la isla, ni mucho menos como un comportamiento que va en contra de los principios y los intereses del continente, por el contrario, es un reflejo claro de la debilidad de la OEA, de una histórica y vigente falta de representatividad y de nuevos aires en el continente.

En primer lugar, no podemos olvidar que la OEA establece sus bases sobre los principios del panamericanismo como clara expresión del Corolario de T. Roosevelt (1904), la Doctrina Monroe (1823), la política del “Buen Vecino” de F Roosevelt (1933) y de la Guerra Fría (1945). De este modo, nuestro planteamiento se va a referir a dos hechos fundamentales que nos dan la radiografía exacta de lo que ha sido esta Organización desde su fundación, estos son: la expulsión de Cuba de la OEA y la Guerra de las Malvinas en el marco del TIAR.

La expulsión de Cuba de la OEA en el año de 1962 fue una clara expresión de hegemonía norteamericana en las decisiones de la Organización. La guerra fría marco el escenario para que la Doctrina Monroe (1823) cuyo clero: “América para los americanos” justificara cualquier intervención de su poderío militar, económico y político con tal de “salvaguardar los intereses del continente”. Así, el acercamiento de Cuba con el Marxismo-Leninismo, como también su estrecha relación con la Unión Soviética y la China comunista fue la justificación perfecta para influenciar al bloque del “peligro” para la región que significaba Cuba dentro del sistema interamericano. A pesar de que muchos países latinoamericanos no estuvieron de acuerdo con la decisión, adoptaron un silencio cómplice para no ir en contra de las prerrogativas de Washington.

Veinte años después, Argentina afronta un conflicto bélico en contra de Inglaterra por la recuperación de las islas Malvinas que le fueron expropiadas en 1833 por la potencia británica. El seno de la OEA había contemplado un tratado de defensa regional multilateral en casos de disputas militares con países ajenos al continente que sería activado por consenso en la comisión de la Organización, este se denominó Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca (TIAR), Y fue una de las creaciones norteamericanas para legalizar y consensuar su “protección” sobre la región. Sin embargo, el conflicto dejó en claro los principios de este tratado.

A pesar de la contienda desigual, y las expectativas de invocar la activación del TIAR, Argentina se vio sola en un continente que hizo oídos sordos a la “solidaridad” que pregonaba la OEA. Naturalmente, el gobierno norteamericano de Ronald Reagan no quería comprometerse en un conflicto con su principal aliada, la Inglaterra de Margaret Teacher. Además, EEUU no podía ir en contra de los intereses de la OTAN, de la cual era miembro. De este modo, no solamente se mantuvo a la deriva en el conflicto, sino que también brindó apoyo logístico a las fuerzas británicas para sus ejecuciones.

Nuevamente, la gran mayoría de los países latinoamericanos repudiaron la situación – a excepción de la Chile de Pinochet que brindó apoyo en información a las fuerzas británicas – sin embargo, adoptaron una posición complaciente y temerosa hacía Estados Unidos, prevaleciendo sus intereses de mantener las mejores relaciones con el gobierno de Washington.

Finalmente, podemos decir con agrado, que lo ocurrido hace unos días en el seno de la Asamblea General de la OEA no se debió a una política de flexibilización de la política exterior norteamericana por parte del presidente Barack Obama. Por el contrario, obedece sin duda a una victoria latinoamericana más en estos tiempos de emancipación. Parecemos haber entendido que la única salida para superar nuestras vicisitudes la encontramos en la unión y el acercamiento a nuestras naciones hermanas en el marco de la cooperación y la solidaridad.

Concluimos con otra buena noticia, la crisis que representa la Organización de Estados Americanos actualmente crece al unísono con las alternativas. El surgimiento de la UNASUR como bloque de consenso político ha venido tomando espacios en el escenario mundial, muestras de lo que aseveramos hay muchas, basta con recordar la declaración en conjunto que repudiaba las luchas fascistas de la oposición boliviana y las discusiones sobre la conformación de crear un organismo de defensa regional adscrito a este nuevo bloque político.

viernes, 5 de junio de 2009

Negociar o no negociar, he ahí el dilema





“Creo que la búsqueda de acuerdos no puede hacerse con el criterio de que Colombia no tiene ningún derecho sobre las aguas del Golfo…si eso significa que tenemos que negociar con Colombia a partir de que Colombia no tiene ningún derecho sobre las aguas del Golfo, entonces no hay negociación posible, pero si vamos a negociar entendiendo que hay una parte de la guajira que cae sobre el golfo y que eso genera derechos en esas aguas y que el problema es establecer exactamente hasta donde llegan los derechos de Colombia y donde terminan los nuestros, entonces, sí es perfectamente posible la negociación…”

¿Entonces? ¿Negociamos o no? Las palabras anteriores las dijo Teodoro Petkoff, como candidato presidencial por el MAS en 1983. No entremos en detalles en cuanto a Petkoff como figura electoral, ni política. Él, como presidente virtual de Venezuela, dijo que era necesaria, absolutamente necesaria, la negociación final y lograr el diferendo, aun en la hipótesis de ceder parte del Golfo de Venezuela. Hoy en día se escandalizan los dueños de periódicos como Teodoro, por las declaraciones del Presidente (real esta vez, no virtual) Hugo Chávez. Lo único que dijo el Presidente es: debemos llegar a un acuerdo en el tema del golfo, solucionar ese problema, no seré inflexible en la materia del Golfo… palabras más, palabras menos, Chávez dijo hoy, lo mismo que dijo aquel en 1983. La guerra con Colombia esta descartada de plano y lo único que existe es la negociación.

Pero ¿tiene Colombia derechos sobre el Golfo? Recordemos la historia turbulenta de nuestras fronteras, y del continuo despojo (primero con el Laudo del rey de España, luego con el diferendo de la Confederación Suiza), con el que hemos perdido la posibilidad de cerrar el Golfo de Venezuela, y hoy día luce muy difícil, sino imposible, cerrarlo definitivamente. Lo que hay que hacer, y le tomo la palabra a Petkoff, es buscar hasta donde llegan legítimamente las aspiraciones Colombianas y actuar en consecuencia. Mi opinión personal, es que la parte de la perijá colombiana que se lanza sobre el golfo de ninguna manera le da derechos algunos a Colombia sobre alguna de las aguas interiores venezolanas.
La delimitación con Colombia en el Caribe, debe regirse por los mismos principios recogidos en las negociaciones exitosas con República Dominicana y las Antillas Neerlandesas, donde se consideraron los espacios marinos y submarinos generados por el Archipiélago de Los Monjes.
La pretensión colombiana sobre el archipiélago, ilegitima como es, resta fuerza a la posición neogranadina, dejándonos en ventaja ante una posible negociación. Así que la única vía a mi parecer por la que conducirán unas posibles negociaciones es un tipo de usufructo compartido de las aguas que colindan al golfo, susceptibles de derechos hacia Colombia, sin que se toquen las aguas interiores del Golfo de Venezuela. Solución que garantizaría un acuerdo pacífico, y equitativo de la controversia, así como permitiendo, por fin, terminar el tedioso y conflictivo capitulo de nuestro Golfo. Negociar no es ceder, ni mucho menos se puede manipular este tema desde un Chauvinismo barato, diseñado para exacerbar pasiones y conllevar a lo de siempre, a la desestabilización política de nuestro país.